martes, julio 31, 2007

Ellos nunca lo harían

(Visto en el blog de Mauro Entrialgo)

Pues a mí ya me gustaría poder abandonar el blog (del twitter y flickr paso) para irme de vacaciones, pero como todavía me quedan tres semanas de prácticas, pues aquí estamos, al pie del cañón. Pásense de visita y comenten cuando gusten, que el trabajar desde casa es muy solitario.

lunes, julio 30, 2007

Sorpresas te trae el cartero

La semana pasada recibí una carta que llevaba escrito en el sobre, en grandes y amenazadoras letras rojas, "JURY SUMMONS: FAILURE TO RESPOND MAY SUBJECT YOU TO PENALTY". En un momento de pánico inicial, sólo ví las palabras "Jury" (jurado) y "penalty" (castigo), me emparanoié y me dije: "Dios, ¡me llevan a juicio! ¿Qué he hecho, qué he hecho? ¡Me van a echar del país! ¡Seré la vergüenza de mi pobre madre y de los de la beca!". Abrí la carta con manos temblorosas y me di cuenta de que no, de que sólo me convocaban a ser miembro de un jurado.


Al principio me hizo gracia la oportunidad de estar en primera línea en un juicio estadounidense (¡material jugoso para el blog!), pero luego vi que el litigio se celebraba la semana del 20 de agosto, justo cuando me voy de viaje con mi hermano y tres amigos (y la convocatoria decía bien clarito que, en principio, tenía que estar disponible toda la semana). Qué palo, ¿cómo me iba a librar yo de esto? Nada más fácil: al darle la vuelta a la página, había una lista de posibles descalificaciones para no ser jurado. ¿Y cuál creéis que era la primera?

Pues considerando que el primer motivo para que te descalifiquen como jurado es el no ser estadounidense, es un poco de burrócrata enviarle una convocatoria a una extranjera, ¿no? Y todavía más intrigante: ¿de dónde carajo habían sacado mis datos? Le conté a mi jefa lo de la convocatoria y se extrañó, porque ella creía que sacaban la información del registro de votantes del condado (y, claro está, yo no estoy en ese registro porque no al no ser estadounidense, no puedo votar... por mucho que me pese). Así que lo han tenido que sacar de otra parte, ¿quién les estará proporcionando mis datos? Malditos...


Esta es la segunda vez que el cartero me trae una sorpresa gorda (la primera aquí). Y dicen que no hay dos sin tres, así que ya os contaré.

martes, julio 24, 2007

Lo que se queda en el tintero


No, este ancianito no es un clon de ese personaje de La guerra de las galaxias en el que estáis pensando ahora mismo. Este señor es Pief Panofsky, director fundador del Stanford Linear Accelerator Center (SLAC), al cual entrevisté mientras estaba ahí de prácticas, entrevista que hoy publica El País aquí.

Al doctor Panofsky le quise entrevistar desde que lo vi por los pasillos de SLAC: diminuto, arrugado y sonriente, me dejó fascinada. Pregunté quién era el hombrecillo aquel al director de comunicaciones de SLAC, Neil, y me contestó "Oh, probablemente uno de los 100 personajes vivos más interesantes que hay ahora en el mundillo científico". Neil me explicó que Panofsky había estado en casi todos los lugares importantes de la historia de la física del siglo XXI: conoció a Eintein y a Pauli, participó en el Proyecto Manhattan, asesoró a varios presidentes estadounidenses, fue y sigue siendo un JASON y participó en múltiples negociaciones con los soviéticos sobre el control de armas nucleares.

Claro, con estas referencias, todavía me dieron más ganas de hablar con el Dr. Panofsky, así que me puse a buscar un motivo para hacerlo. Cuando ya no me quedaba mucho tiempo en SLAC, descubrí que el Dr. Panofsky iba a publicar sus memorias en pocos meses, ¡la excusa perfecta! Conseguí convencer a mi editora en El País, que me encargó el tema, y me preparé para la entrevista leyéndome las galeradas de la autobiografía.

Pues bien, pese a que para este encargo me preparé mucho más concienzudamente que para otros temas que he cubierto, me resultó bastante más difícil que la mayoría de artículos que he escrito. En primer lugar, porque este señor tiene 88 años y no creo que haya dejado pasar un día de su vida sin hacer algo interesante. Me concedió una hora para la entrevista, un tiempo bastante generoso, y aun así se acabó la hora y no habíamos pasado de 1950 (por cierto, qué ataque de pánico me dio cuando vi que había agotado el tiempo de conversación, menos mal que fue comprensivo y me dio otra hora para un par de días después). Para cuando acabé de transcribir la entrevista, tenía 16 páginas que debía condensar en 1.200 palabras, y fue bastante doloroso decidir qué era lo que se quedaba en el tintero. Por si os interesa: ahí quedó todo el material sobre las negociaciones con los soviets, sus opiniones sobre el control de armas nucleares y la demencia de la carrera nuclear (para que os hagáis una idea sobre cómo hemos incrementado la potencia de estas bombas desde que cayó la de Hiroshima, echad un vistazo aquí), detalles sobre cómo compaginó su vida personal con su atareadísima vida profesional... En fin, todo eso lo tengo en mi humilde documento word de 16 páginas. Se aceptan proposiciones sobre qué hacer con él.

Pero bueno, lo de tener que sacar las tijeras de podar le pasa a todos los periodistas, y nos las apañamos con más o menos gracia, pero al final todos lo hacemos. El otro problema que tuve y que no supe resolver es más específico a este caso: al final no me atreví a hacerle determinada pregunta a este señor. Y la pregunta era cómo se siente, tantísimos años después de Hiroshima y Nagasaki, por haber participado en el Proyecto Manhattan (aunque sólo fuera indirectamente: no diseñó la bomba, sino un aparato que midió la onda de impacto desencadenada por la explosión). En parte no se lo pregunté porque su trayectoria vital ya hace intuir la respuesta (me refiero a la implicación que tuvo posteriormente en el control de armas nucleares, algo que sigue haciendo en la actualidad, muchos años después de jubilarse). Y por otra parte, porque no hizo nada diferente que los otros físicos estrella estadounidenses de la época (todos acabaron implicados en el proyecto). Pero igualmente, era una cuestión que despertaba mi curiosidad y que por tanto, como periodista que soy, debería haber preguntado. Qué fracaso. Decidme: ¿debería flagelarme o no?

lunes, julio 23, 2007

Oh, India...

En San Francisco hay un festival de música llamado Stern Grove, que desde hace 70 años ofrece a los sanfrancisqueños (¿se llamarán así?) y a todo el que se deje caer por la ciudad conciertos gratuitos los fines de semana de verano. Y yo ayer fui por primera vez, a ver un espectáculo de temática india: tocó Anoushka Shankar (virtuosa del sitar), que no estuvo nada mal, pero a mí lo que realmente me moló fueron los bailes y músicas de los teloneros, el Non-Stop Bhangra Collective (he encontrado un vídeo de mala calidad aquí -- son el mismo grupo, en otro concierto -- pero en directo eran mucho mejores). Con el espectáculo que montaron me dieron ganas de aprender a bailar banghra (lo cual sería algo muy cómico, visto mis problemas con los deportes). Pero sobretodo, lo que me entró viendo todo esto fue una nostalgia muy fuerte de la India.

¡Quiero volver! Tal vez cuando acabe el máster...


Os dejo con algunas fotos del concierto (estaba llenísimo de indios, que creo que son mayoría en muchos pueblos de Silicon Valley).

Los bailarines de banghra (y el tipo del bombo)

Anoushka y su sitar (guapa hasta decir basta)

¿Y éste qué hacía? ¿Mirar el email?

Pues al parecer el tipo del email era importante...

¿Cómo estaba el parque? Abarrotao...

Con Pablo (¡tengo un amigo bloggero famoso!)

Parte de la Spanish mafia de la zona de la Bahía.

jueves, julio 19, 2007

La nueva columna y el niño telepredicador

Mi columna de este mes en Madrid i+d es sobre un tópico que a muchos les parecerá bastante sobado: la lucha entre científicos y creacionistas en Estados Unidos. Pero es que aquí es un tema que no se agota nunca, y da pie a debates tan buenos como éste que recomiendo en la columna. No sé, cuando aún estaba en España, lo del creacionismo y sus descendientes (léase diseño inteligente) parecía casi un chiste para encogerse de hombros y exclamar "están locos, estos americanos". Pero visto desde aquí, da miedo. El creacionismo es el caballo de Troya de estos fanáticos en las escuelas públicas. Y se ha extendido bastante más allá de las fronteras estadounidenses, como se puede ver en este vídeo (de... ¿humor? ¿horror?) que estaba circulando hoy por varios blogs:

Que les quiten la custodia a los padres este niño ya mismo. Criminales.

miércoles, julio 18, 2007

... pero esperaré hasta el matrimonio

Estas Miss Texas Teen quecas no entregarán su flor a un cualquiera

Hoy en el NY Times venía un artículo sobre otro tema que no entiendo de Estados Unidos: las campañas "educativas" en la abstinencia sexual (hay unas 700 en funcionamiento por todo el país en colegios públicos). La noticia venía a decir que estas campañas, que promueven el mantenerse virgen hasta el matrimonio, están ahora en apuros: por primera vez han tenido un recorte del presupuesto federal y varios estados han aprobado leyes que podrían eliminar este tipo de iniciativas en las escuelas públicas. ¿Y por qué esta reciente pérdida de popularidad? Pues porque se ha publicado un estudio que dice que (¡sorpresa, sorpresa!) la asistencia a clases pro-abstinencia sexual no retrasa la edad en la que los adolescentes pierden la virginidad. Pues la verdad, a mí me resulta un alivio ver que los chavales no se dejan comer el coco por estos fanáticos religiosos que les quieren convencer de que el sexo es algo sucio y les intentan meter miedo diciendo que el único método seguro de no pillar SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual es la abstinencia.

Antes de seguir, me gustaría aclarar algo: a mí la abstinencia me parece algo que entra en la misma categoría que las creencias religiosas o las posturas opuestas al aborto. Es decir: opciones personales. Si tú quieres creer en ellas y practicarlas, me parece muy bien. Pero no intentes imponérselas a los demás, como hace esta gente de la que habla el artículo. Y mucho menos utilizar estas clases de promoción de la abstinencia como sustituto de la educación sexual, y para más inri en las escuelas públicas. Que mucho dudo yo que esta gente les diga a los chavales "pero por si, pese a lo que os he explicado, decidís practicar el sexo, os voy a hablar ahora de los métodos anticonceptivos más eficaces".

El artículo del NYT nos lleva a Texas, el estado que Bush gobernó y (otra sorpresa) donde más populares son las propagandas de la abstinencia. Uno de los protagonistas de la historia es Eric Love, director de uno de los programas pro-abstinencia. El señor Love (tiene guasa el apellido) afirma que el sexo fue "creado" (supongo que se refiere a creado por Dios, me huelo que este tipo no es muy seguidor de Darwin) para "mantener a dos personas juntas" (y me apostaría lo que fuera a que con las "dos personas" se refiere a "un hombre y una mujer" y no a otras posibles combinaciones). A continuación, el señor Love suelta unas de las metáforas más estúpidas que he oído en mucho tiempo, y se queda tan amplio. Voy a traducir el parágrafo entero para que podáis apreciarla en toda su magnitud, porque no tiene desperdicio:

"Para demostrar su afirmación, Love agarró un rollo de cinta adhesiva y cortó dos trocitos. Adhirió las cintas contra su armario y contra el suelo; los pedacitos de cinta atraparon suciedad, pelusas y un tornillo de metal. "Ahora, cuando les toca casarse, el matrimonio se separa muy fácilmente", dijo, tratando de enganchar los dos trocitos de cinta sucios. "¿Por qué? Porque perdieron su capacidad de pegarse."

Mi interpretación (bastante obvia) de la cutre-parábola del señor Love es que para él el sexo es algo que embrutece y resta capacidad de comprometerse con otra persona. Pues qué bonito, hombre. En cambio, al señor Love le deberá parecer que provocar que los chavales se precipiten a casarse para poder tener un poquito de sexo sin sentirse culpables tiene que resultar en matrimonios súper estables.

Como contraposición al señor Love (un adulto) te sacan a una chavalita de 18 años que está en el otro bando: es voluntaria de Planned Parenthood (una red de centros de planificación familiar). Esta señorita hace una afirmación mucho más avispada que cualquiera del señor Love: señala que en las clases de educación en la abstinencia se intenta asustar a los chavales con historias de vidas arruinadas por el sexo. Pero lo que falla es que entre los alumnos siempre habrá alguno con experiencia sexual y al que no le ha pasado nada malo debido a ello, y sus compañeros de clase lo saben. Así que el tiro les acaba saliendo por la culata, a los pro-abstinencia.

Y una nota cómica, para acabar. He visitado la web de uno de los programas de educación en la abstinencia sexual y en ella sólo había un anuncio de actividades veraniegas. Convoca a los miembros de una coalición a pasar juntos "un día de diversión, con actividades de natación, basketball, volleyball y mucha comida buena". Eso sí: les pide que acudan ataviados con un bañador "recatado". No fuera que...

domingo, julio 15, 2007

A mí me gusta el pipiriripipí...

Aprovechando que es verano y que, aunque entre semana esté haciendo prácticas, los fines de semana los tengo libres (¡qué gustazo!), ayer me fui con Irenka y Diego (UC Berkeley) + los Cecilios (UC Davis) + Justin de excursión a Napa, a catar vinos. La verdad es que yo no bebo vino (ya sé, ya sé...), pero aun así me apetecía la excursioncilla.

El valle de Napa es la parte más conocida de la zona vitícola de California Norte. Además, me acabo de enterar, gracias a la Wikipedia, de que los creadores de Falcon Crest (¡mítica!) se inspiraron en estas tierras para los viñedos de la serie. Desafortunadamente, Napa se ha puesto demasiado de moda en los últimos años y ahora está a reventar de visitantes y muy cara, porque el turista estadounidense se gasta los dólares que es un primor. Pero la zona sigue siendo muy bonita y mis amigos muy majos, así que pasamos un gran día.

Visitamos tres bodegas. La primera sólo tenía una sala de catas; probamos el vino barato que nos dieron gratis y nos fuimos a otra (somos pobres y garrepas). En la segunda tenían zona de picnic. Nosotros nos habíamos traído muy felices nuestro pan con embutido y quesos, así que menuda decepción cuando vimos un cartel de la entrada que avisaba de que sólo se podían consumir los productos comprados en la vinería y en el deli de la susodicha. Pero entonces observamos que más de una familia estaba consumiendo productos sospechosos... Así que decidimos que si comprábamos un par de botellas de vino de allá, ya les estábamos haciendo suficiente gasto para justificar hacer un picnic en su propiedad. Desplegamos una manta bajo un árbol y disfrutamos de una comida de lo más fantástica, pese a las miradas airadas de la tipa de al lado que nos vió sacar la comida de las bolsas del súper y debió parecerle indignante que nos saltáramos las normas (¿qué pasa? ¿La bodega era suya o qué? Mandan huevos los americanos a veces, tan en contra de cualquier control estatal o autoridad policial, pero no se cortan para nada en ponerse a hacer de polis ellos mismos).

Los criminales del picnic. Cecilia e Irenka brindando a la salud de nuestra vecina cotilla.

Volviendo a lo del picnic, como nos habíamos instalado al lado de la entrada, tuvimos espectáculo gratis: el que montaba uno de los encargados del párking cada vez que llegaba un autobús / limusina lleno de turistas borrachos o de despedidas de solter@ (borrach@s, también). Justo hace una semana había leído en el NY Times que en una zona vinícola de Nueva York que se había popularizado habían prohibido la visitas con limusina o autobús. La razón es que la clase de turistas que viajan en esos dos tipos de vehículos no son los que interesan a la bodegas (léase: auténticos aficionados al vino con billetera abultada, que van a las catas a comprar unas docenas de botellas) sino más bien gente que va a pillar un buen pedo y montan la gorda en la winery. Pues en Napa igual: a las bodegas admiten coches pero autobuses no, y limusinas en principio tampoco. Bueno, todo eso es en teoría. Porque nosotros vimos como el pobre encargado del párking se desgañitaba gritándoles a los conductores de autobuses que allá no eran bienvenidos y los conductores ponían cara de oír llover, paraban unos metros más adelante, descargaban a los turistas piripis y se largaban, en plan "ahí te los dejo". Y el encargado del párking cada vez más histérico. Pobre tipo.

Finalmente encontramos la bodega fantástica: pocos turistas, visitas guiadas a las cavas, situada en la cima de una colina con vistas al valle de Napa... pero a punto de cerrar cuando llegamos. En fin, que si algún día visitáis la zona de los viñedos californiana, esta es la bodega a la que tenéis que ir:



El toque gore del día lo puso el pedazo de accidente que vimos a la vuelta (dos coches y una moto que había quedado como un acordeón). Justin dijo que esto debe ser el pan de cada día en la zona, y pese a ello no vimos ni a una sola patrulla haciendo controles de alcoholemia (influencia que deben tener las bodegas, parece ser: el interés económico triunfa sobre la seguridad vial, qué bien). Lo feliz que sería el bigotes si esto sucediera en España también.


martes, julio 10, 2007

Las prácticas de verano

Acabó el trimestre de primavera (bueno, ya hace un mes) y en vez de hacer las maletas e irme a Barcelona a ver a los amigos y dejar que mi mami me mime, me puse a hacer unas prácticas. ¿Seré desarraigada y masoca? Bueno, puede que un poco masoca sí (¡trabajar en vez de disfrutar de las vacaciones, en el último verano de mi vida en el que seré estudiante!), pero desarraigada no, que mis padres, mi hermano y dos amigos me vendrán a ver cuando acabe las prácticas.

Tras mi feliz estancia en el Stanford Linear Accelerator Center, empaqué mis bártulos y me fui a probar algo completamente diferente. Así que desde principios de junio hasta mediados de agosto, estoy trabajando de documentalista en una productora de Monterey, Sea Studios Foundation. Es una productora pequeñita, pero ha hecho proyectos muy interesantes para National Geographic y Nature, entre otros. Os explicaría de qué va el proyecto de documental (para la cadena PBS) en el que estoy trabajando, pero lo primero que me hicieron hacer fue firmar un montón de documentos de confidencialidad, así que... Aun así, os puedo contar que se trata de una idea muy interesante, un poco loca, y que me está permitiendo entrevistar a muchos científicos de primera línea y aprender un montón sobre el deprimente estado en el que estamos dejando el planeta en el que vivimos (y el muchísimo más deprimente futuro que nos espera)... no sé, tal vez el periodismo científico no sea del todo bueno para la salud mental.

domingo, julio 08, 2007

Los vigoréxicos

De los estadounidenses te explican que son la nación con mayor porcentaje de obesos mórbidos. Así que cuando llegué a Santa Cruz me quedé impresionada con lo deportista y fibrado que era todo quisqui. No sé exactamente a qué se debe tanta afición por el deporte, tal vez sea porque van en coche a todas partes y necesitan resarcirse de tanta inactividad (a mí en Barcelona me bastaba con ir andando a todas partes para mantenerme decentemente en forma). Pero sea por lo que sea, aquí todo dios surfea, corre, va en bici y practica un par de deportes más.

Al cabo de un par de meses de estar aquí, empecé a sentir los efectos de esta vida sedentaria. Bueno, de la vida sedentaria y de las cenas pantagruélicas que cocina mi roomate Jake, ¿por qué tiene que ser tan buen cocinero, el cabroncillo? Total, que me engordé unos cuantos kilillos (o libras... americanos, ¿cuándo verán la luz y adoptarán el sistema métrico?) y me dije yo que era hora de hacer algo al respecto. Reflexioné un poco sobre las opciones disponibles: ¿nadar? Quita, quita, que la piscina de la universidad es al descubierto y aquí cuando no hay sol, hace un frío... ¿Andar a todas partes? Arriesgado: en muchos tramos de calle, ni hay aceras y te la juegas que te atropelle un 4x4. ¿Ir en bici a las clases? Uf, el campus está en la montaña, es todo cuesta arriba y llegaría a clase sudorosa. Finalmente, la opción más razonable parecía ser correr: barato, efectivo, no requería mucha preparación ni pérdida de tiempo en desplazamientos (ponerse las bambas, un par de estiramientos un poquitillo y ala, a correr). El primer día que salí a hacer footing era un sábado o un domingo. Llegué a West Cliff Dr., el hermoso paseo marítimo, y de qué me atropella una horda de corredores: justo había elegido para empezar a correr el día en el que se celebraba una de las múltiples maratones que se organizan en Santa Cruz. Desanimador. Tras un inicio así, acabé dejando lo del footing en un par de semanas (la verdad, correr me parecía aburrido y doloroso, y cuando la gente me dijo que necesitas unos seis meses de ejercicio constante para que te empiece a gustar, decidí que no tenía suficiente paciencia).

Luego probé el snowboarding. Es un deporte que me gusta mucho, pero en su contra está que:

a) La estación de esquí para la que me saqué un pase de temporada, Kirkwood, queda a casi 4 horas de Santa Cruz.

b) Soy un desastre. Más o menos me aguanto erguida, pero debo ser un espectáculo cómico para los otros esquiadores.

Pese a ello, el invierno que viene volveré a ir. Al fin y al cabo tengo que amortizar todo el equipo que me compré...

De cualquier manera, el snowboard es sólo invernal, así que me tenía que buscar otro deporte que pudiera practicar todo el año. Probé a ir a clases de kickbox aerobic. Al principio me quedé encantada: era una delicia darle de puñetazos y patadas al saco de boxear mientras me imaginaba que el saco era... bueno, dejémoslo. Pero entonces dejé de ir un tiempo, y ahora que he vuelto a ir, es un sufrir, es un penar... Ayer había una profesora bajita y musculosa que de qué acaba conmigo: venga a dar gritos y a botar en pleno subidón de adrenalina, la tía. Hoy estoy para el arrastre, pero a ver si me recupero para ir a alguna otra clase esta semana. Porque si hay algo peor que ser una holgazana, es serlo en un pueblo de vigoréxicos.

jueves, julio 05, 2007

La cultura del despilfarro

He aquí un fragmento de una de las últimas columnas de Elvira Lindo en El País que me ha gustado mucho, por dos motivos que pasaré a explicar luego:


Los malos
Elvira Lindo 01/07/2007

(...) Bien, pues toda esta confesión innecesaria venía a cuento de la vergüenza que pasé el día en que Al Gore apareció en la ceremonia de los Oscar. (...) este año el mundo de Hollywood encontró en Supergore la encarnación de la felicidad colectiva. Ellos parecían verlo como a Superman: al fin y al cabo, Gore es ese hombre encorsetado (como Clark Kent) al que uno se imagina poniéndose una capa y volando para destruir una fábrica que lanza emisiones de CO2 al espacio espacial. La ideología de Supergore, salvador de planetas, ha calado en el público por el optimismo de sus propuestas. Pero he aquí que otros escépticos redomados como yo están poniendo en duda que sea tan sencillo luchar contra Lex Luthor. Viviendo en América, uno se da cuenta de que la salvación del planeta es la última moda del catálogo de rebeldías posibles, pero, en la práctica, nadie se aplica el cuento. De ahí mi alegría, esta semana, cuando el periódico publicó una carta de Gustavo Duch Guillot, presidente de Veterinarios sin Fronteras, que a raíz de la visita de Gore a Barcelona celebraba que haya despertado conciencias, pero ponía en entredicho su fe en los agrocombustibles, que pueden acabar siendo tan contaminantes como el CO2. El amigo Duch decía algo que yo pensé la misma noche en la que veía a los emocionados actores aplaudiendo a su nuevo héroe: ¿qué pasaría si en vez de estar hablando de energías alternativas habláramos de quitaros parte de vuestros privilegios? No es sólo cosa de ricos, es algo aún más inherente a la cultura americana, el despilfarro. Un despilfarro del que nadie se da cuenta: los miles de envoltorios de plástico y papel que te dan al día en el supermercado y que llenarán esa misma noche camiones de reciclado; el espectáculo de la comida que se tira en grandes bolsas y que, paradoja, sacan a la calle trabajadores que vienen de países donde la gente muere de hambre; los tremendos 4×4 que han impuesto los fabricantes de coches y las petrolíferas; el agua que se gasta sin control; los aires acondicionados que se ponen ya en marzo en muchos edificios y que la gente contrarresta con calefacciones eléctricas; la idea de que el frío artificial es sinónimo de calidad de vida y de que el hall de un edificio que se precie ha de estar a quince grados máximo; el haber desterrado el transporte público de la mayoría de las ciudades y defender que lo más sostenible es vivir en urbanizaciones; la incapacidad de que los restaurantes entiendan que las porciones no tienen que rebosar el plato. (...) Todas estas cosas me asaltaron aquella noche en los Oscar. Mi tendencia Addams a desconfiar del arrobamiento de la masa por el líder. Miraba los rostros emocionados de mis actores favoritos y pensaba: y qué si os cambiaran la vida, si tuvierais que renunciar al avión privado que os lleva vestidos de hippies al Machu Picchu; y qué si tuvierais que modificar ese sistema mental que os lleva a pensar que todo consiste en que Supergore acabe con los malos. Y qué si los malos también fuerais vosotros."


Pues bien, las razones por las que me ha gustado:


1) Menciona a Gustavo Duch, director de Veterinarios Sin Fronteras. Yo estuve de becaria en el departamento de comunicación de VSF en mis tiempos de estudiante de periodismo (me pareció la transición perfecta entre la veterinaria y el periodismo) y creo que le eché un cable a Gustavo en lo de lidiar con los medios de comunicación. Gustavo es la persona con más tesón que he conocido: no admite un no por respuesta. Por aquellos tiempos, estaba escribiendo columnas de opinión cada dos por tres, enviándoselas a diferentes periódicos y telefoneando una y otra vez a los jefes de redacción de dichos diarios para intentar convencerles de que le publicaran sus escritos. Al final lo conseguía, yo creo, por puro agotamiento de los pobres periodistas. Yo le enseñé a Gustavo a buscar temas de actualidad y utilizarlos como cuña para introducir las ideas que quería comentar. Y ahora lo hace a la perfección, y publica a porrillo. Me gusta pensar que es en parte un logro mío.
Por cierto, VSF es una ONG estupenda, con gente muy capaz, una buena filosofía de lo que tiene que ser la cooperación internacional y proyectos fabulosos. No, no se trata de "salvar animalitos por todo el mundo" (como tuve que explicar a un par de despistados que telefonearon a la ONG mientras estaba yo por allá), sino de montar proyectos agropecuarios sostenibles con comunidades rurales del tercer mundo. los de VSF van allá, les ayudan a montar unas cuantas granjas de cabras y a elaborar quesos (por poner un ejemplo) y una vez la gente local se las apañan solos, los de la ONG se van y les dejan seguir con su vida.
Así que, si alguna vez os habéis preguntado en qué ONG os deberías enlistar, esta es mi recomendación.

2) La segunda razón por la que me ha molado la columna de la Lindo es porque dice verdades como puños sobre lo que es la cultura americana del despilfarro. Ya he comentado en otro post lo negra que me pone la cultura automovilística americana, la manía de los coches gigantescos. Hoy lo hablaba con mi jefa en Sea Studios y me ha dicho algo muy interesante: "Lo que pasa con los coches es parecido a la carrera armamentística: la gente se compra coches cada vez más grandes porque el vecino también lo está haciendo, y claro, no quieren ser los que conduzcan el coche canijo que sale perdiendo en un accidente de tráfico".

Pero es que lo de "cuanto más grande, mejor" y del "porque yo lo valgo" lo aplican a todo: comida, casas, gadgets varios,... todo lo que se os pase por la cabeza. Si le preguntas a un americano por qué es consumista a morir, se encoje de hombros y responde "pues porque puedo"(y mucho me temo que los europeos vamos por el mismo camino).
Por poner sólo un par de datos (sacados de un artículo de Peter Kareiva publicado esta semana en Science):

"El ciudadano promedio de los Estados Unidos utiliza seis veces el área* que utiliza un subsahariano promedio"

(* Kareiva se refiere al área de tierra necesaria para producir todos los bienes que el ciudadano promedio usa en su vida diaria)

"Las ciudades estadounidenses con baja densidad de población tienen una utilización del coche 2,4 veces mayor que las ciudades europeas con alta densidad de población"

Y como estos ejemplos, supongo que podría encontrar decenas. Pero no me hagáis escribir más hoy, que bastante ración de ordenador he tenido. (Final abrupto)

martes, julio 03, 2007

Tuneando el blog

Siguiendo las instrucciones de mi sabio amigo Alex, he añadido una pijada al blog: una playlist con mis canciones favoritas del momento. Está en la columna de la derecha, entre "Pupurri" y "Posts anteriores". Echadle un ojo (más bien una oreja), a ver si os gusta: encontraréis perlas como "Hurt", de Johnny Cash, que me pone los pelos de punta cada vez que la oigo, canciones en plan buen rollito, como "Bright Smile" (Josh Ritter) o "Satellite" (Guster), una canción que va de cursi pero que tiene un montón de mala leche acumulada ("Fuck Was I", de Jenny Owen Young), tonadas con ritmillo ("Everybody Got Their Something", de Nikka Costa, "The Distance", de Cake) y unas cuantas más, hasta 22. Supongo que iré actualizando la Playlist, dependerá de como funcione el experimento.

Además, últimamente he ido añadiendo enlaces para mejorar un poquillo el blog: la sección que más estoy intentando ampliar es la de enlaces a buenas páginas web de comunicación científica (que es lo mío, al fin y al cabo).

En el fondo, tanto tunning del blog es con intenciones totalmente egoístas: para empezar, para fidelizar los pocos pero simpáticos lectores que tengo. Pero mi intención última (¿la debería mantener en secreto? No, para qué) es que acabéis curioseándolo todo e incluso leyéndoos mis artículos de ciencia (¡Yo aquí he venido a hablar de mis artículos!). Encontraréis links en diversos posts anteriores (aquí, aquí, aquí y aquí... y todavía colgaré más: quien avisa no es traidor.) Que al fin y al cabo, una escribe para que la lean, joé (porque para hacerse rica, está claro que no).

ACTUALIZACIÓN (6/9/07): Al final quité la playlist, no paraba de dar problemas. Pero sigo esperando que os leáis mis artículos...