He aquí un fragmento de una de las últimas columnas de Elvira Lindo en El País que me ha gustado mucho, por dos motivos que pasaré a explicar luego:
Los malos
Elvira Lindo 01/07/2007
(...) Bien, pues toda esta confesión innecesaria venía a cuento de la vergüenza que pasé el día en que Al Gore apareció en la ceremonia de los Oscar. (...) este año el mundo de Hollywood encontró en Supergore la encarnación de la felicidad colectiva. Ellos parecían verlo como a Superman: al fin y al cabo, Gore es ese hombre encorsetado (como Clark Kent) al que uno se imagina poniéndose una capa y volando para destruir una fábrica que lanza emisiones de CO2 al espacio espacial. La ideología de Supergore, salvador de planetas, ha calado en el público por el optimismo de sus propuestas. Pero he aquí que otros escépticos redomados como yo están poniendo en duda que sea tan sencillo luchar contra Lex Luthor. Viviendo en América, uno se da cuenta de que la salvación del planeta es la última moda del catálogo de rebeldías posibles, pero, en la práctica, nadie se aplica el cuento. De ahí mi alegría, esta semana, cuando el periódico publicó una carta de Gustavo Duch Guillot, presidente de Veterinarios sin Fronteras, que a raíz de la visita de Gore a Barcelona celebraba que haya despertado conciencias, pero ponía en entredicho su fe en los agrocombustibles, que pueden acabar siendo tan contaminantes como el CO2. El amigo Duch decía algo que yo pensé la misma noche en la que veía a los emocionados actores aplaudiendo a su nuevo héroe: ¿qué pasaría si en vez de estar hablando de energías alternativas habláramos de quitaros parte de vuestros privilegios? No es sólo cosa de ricos, es algo aún más inherente a la cultura americana, el despilfarro. Un despilfarro del que nadie se da cuenta: los miles de envoltorios de plástico y papel que te dan al día en el supermercado y que llenarán esa misma noche camiones de reciclado; el espectáculo de la comida que se tira en grandes bolsas y que, paradoja, sacan a la calle trabajadores que vienen de países donde la gente muere de hambre; los tremendos 4×4 que han impuesto los fabricantes de coches y las petrolíferas; el agua que se gasta sin control; los aires acondicionados que se ponen ya en marzo en muchos edificios y que la gente contrarresta con calefacciones eléctricas; la idea de que el frío artificial es sinónimo de calidad de vida y de que el hall de un edificio que se precie ha de estar a quince grados máximo; el haber desterrado el transporte público de la mayoría de las ciudades y defender que lo más sostenible es vivir en urbanizaciones; la incapacidad de que los restaurantes entiendan que las porciones no tienen que rebosar el plato. (...) Todas estas cosas me asaltaron aquella noche en los Oscar. Mi tendencia Addams a desconfiar del arrobamiento de la masa por el líder. Miraba los rostros emocionados de mis actores favoritos y pensaba: y qué si os cambiaran la vida, si tuvierais que renunciar al avión privado que os lleva vestidos de hippies al Machu Picchu; y qué si tuvierais que modificar ese sistema mental que os lleva a pensar que todo consiste en que Supergore acabe con los malos. Y qué si los malos también fuerais vosotros."
Pues bien, las razones por las que me ha gustado:
1) Menciona a Gustavo Duch, director de
Veterinarios Sin Fronteras. Yo estuve de becaria en el departamento de comunicación de VSF en mis tiempos de estudiante de periodismo (me pareció la transición perfecta entre la veterinaria y el periodismo) y creo que le eché un cable a Gustavo en lo de lidiar con los medios de comunicación. Gustavo es la persona con más tesón que he conocido: no admite un
no por respuesta. Por aquellos tiempos, estaba escribiendo columnas de opinión cada dos por tres, enviándoselas a diferentes periódicos y telefoneando una y otra vez a los jefes de redacción de dichos diarios para intentar convencerles de que le publicaran sus escritos. Al final lo conseguía, yo creo, por puro agotamiento de los pobres periodistas. Yo le enseñé a Gustavo a buscar temas de actualidad y utilizarlos como cuña para introducir las ideas que quería comentar. Y ahora lo hace a la perfección, y publica a porrillo. Me gusta pensar que es en parte un logro mío.
Por cierto, VSF es una ONG estupenda, con gente muy capaz, una buena filosofía de lo que tiene que ser la cooperación internacional y proyectos fabulosos. No, no se trata de "salvar animalitos por todo el mundo" (como tuve que explicar a un par de despistados que telefonearon a la ONG mientras estaba yo por allá), sino de montar proyectos agropecuarios sostenibles con comunidades rurales del tercer mundo. los de VSF van allá, les ayudan a montar unas cuantas granjas de cabras y a elaborar quesos (por poner un ejemplo) y una vez la gente local se las apañan solos, los de la ONG se van y les dejan seguir con su vida.
Así que, si alguna vez os habéis preguntado en qué ONG os deberías enlistar, esta es mi recomendación.
2) La segunda razón por la que me ha molado la columna de la Lindo es porque dice verdades como puños sobre lo que es la cultura americana del despilfarro. Ya he comentado en otro
post lo negra que me pone la cultura automovilística americana, la manía de los coches gigantescos. Hoy lo hablaba con mi jefa en
Sea Studios y me ha dicho algo muy interesante: "Lo que pasa con los coches es parecido a la carrera armamentística: la gente se compra coches cada vez más grandes porque el vecino también lo está haciendo, y claro, no quieren ser los que conduzcan el coche canijo que sale perdiendo en un accidente de tráfico".
Pero es que lo de "cuanto más grande, mejor" y del "porque yo lo valgo" lo aplican a todo: comida, casas, gadgets varios,... todo lo que se os pase por la cabeza. Si le preguntas a un americano por qué es consumista a morir, se encoje de hombros y responde "pues porque puedo"(y mucho me temo que los europeos vamos por el mismo camino).
Por poner sólo un par de datos (sacados de un artículo de Peter Kareiva publicado esta semana en Science):
"El ciudadano promedio de los Estados Unidos utiliza seis veces el área* que utiliza un subsahariano promedio"
(* Kareiva se refiere al área de tierra necesaria para producir todos los bienes que el ciudadano promedio usa en su vida diaria)
"Las ciudades estadounidenses con baja densidad de población tienen una utilización del coche 2,4 veces mayor que las ciudades europeas con alta densidad de población"
Y como estos ejemplos, supongo que podría encontrar decenas. Pero no me hagáis escribir más hoy, que bastante ración de ordenador he tenido. (Final abrupto)