domingo, octubre 29, 2006

Fiat slug

Un post breve, para presentaros como dios manda a la mascota de mi universidad: el banana slug. Ya la he mencionado antes (me tiene fascinada), pero hoy he ido con dos amigos en su búsqueda y captura por los bosques que rodean el campus. Tras media hora de rebuscar entre la hojarasca, hemos encontrado una. Here it is en toda su gloria:

El bichillo este mide un buen palmo de largo


Esta es Virginia, la chiquita madrileña que me cura del "homesickness" cada vez que me da. Un encanto, lástima que se le acaben las prácticas en febrero... ¡aunque con suerte encontrará trabajo en Silicon Valley!


Y aquí yo haciendo el tonto con el slug. La foto se la dedico a Irenka, a quien seguro que le da grima.

Mientras nos preparábamos para la excursión, Álex, Virginia y yo nos documentamos prolíficamente sobre la vida y milagros de esta babosa gigante. Según la Wikipedia, se trata de la segunda especie de babosa más grande del mundo, y secreta una capa de moco protector tan denso que les permitiría deslizarse por el borde de un cuchillo sin cortarse (no, no lo he probado. La creencia popular de que soy una sádica con los animales -supongo que en gran parte debida a las historias de cerditos que explico- no es cierta).
El banana slug es realmente popular en mi pueblo; hay revistas en Santa Cruz que le dedican artículos a la vida sexual del slug. O aún más extremo: el caso de la doctoranda de UCSC, Brooke Luana Weaver Miller, que está haciendo su tesis sobre este tema. Los más freaks disfrutarán de los vídeos que hay en esta última web y que muestran slugs apareándose.
Con esta popularidad, no es de extrañar pues que la banana slug acabara convirtiéndose en la mascota de la UCSC, muy a pesar de la voluntad de un antiguo rector de la universidad, que intentó sustituirla por una macota más "digna", el león marino. Lo estudiantes no quisieron acatar la decisión del rector, y en 1986 hicieron una votación "pro-slug" que devolvió a la babosa su status de mascota oficial.
Como guinda de este post monográfico, ahí va el lema del equipo de tenis de la UCSC:
"Recently, our Sammy the Slug mascot has been appearing around campus at sports events and other functions. And, when the men's tennis team played in the NCAA championships, their T-shirts read: "Banana Slugs-No Known Predators."

domingo, octubre 22, 2006

Especial surfistas

Ahí va este post sobre surfistas, por clamor popular (en realidad sólo me lo han pedido Álex y Crístian, pero como yo a estos dos no les puedo negar nada...)
Estamos teniendo un veranillo de San Martín estupendo en Santa Cruz, hace un sol esplendoroso y mucho más calorcito que cuando llegué aquí en agosto. El buen tiempo y el hecho de que se esté celebrando el O'Neil Cold Water Classic esta semana me provocó que ayer mandara a la mierda trabajos y estudios y me pasara la mañana viendo la competición de surf. Al fin y al cabo, estoy hasta las narices de que cuando hablo con mis padres siempre se de la misma situación:

MAMÁ: Hija, explícame cosas. ¿Qué has hecho esta semana?
MJ: Nada mamá, estudiar, ir a las prácticas. De vez en cuando limpio la cocina, también.
MAMÁ: No puede ser. ¡Nunca le quieres contar nada a tu madre!


Pues mira, esta vez sí puedo explicarle algo: ¡mamá, he ido a ver a los surfistas! Y fue bastante impresionante, porque ayer había buenas olas y un montón de espectadores asomada al acantilado de Steamer's Lane. Pero como una imagen vale más que mil palabras, aquí van unas cuantas:




Fantástico, ¿no? Por supuesto, al ser Santa Cruz, me tocó tener a mi lado al típico loco del pueblo, que estaba mirando la competición sin parar de hablar y animar a los surfistas. Me dijo: "Oh, las voces de los megáfonos del concurso... las oigo cada noche en mis sueños". Ajá.

Mi diario, el Sentinel, le ha estado dando mucha cobertura a la competición y el miércoles llegó Gwen, la especialista en surf, super contenta por que había recibido un mail de Madrid donde le explicaban que la comunidad surfista española seguía su trabajo y traducía sus artículos en un blog, Surf Kultura. Nos miramos el blog las dos, le expliqué qué era lo que comentaban (ella no habla español) y creo que se quedó feliz para el resto de la semana (comprensible, pensar que los artículos que publicas en un diario local se los miran en la otra punta del mundo debe ser un buen masaje para el ego periodístico).

Y ya que hoy posteo (una vez a la semana, no está mal), aprovecho para añadir otro comentario sobre las diferencias americanos-españolitos:

6. A los americanos no les gusta hacer una pausa para comer

Me parece tremendamente triste, de un "workaholic" subido: en el trabajo, los estadounidenses no hacen ni una triste pausa de media hora para comer. No, en vez de eso agarran un sandwich, una ensalada o cualquier otro bocadito y se lo comen en su lugar de trabajo, los ojos fijos en la pantalla del ordenador. Así no hay quién socialice, joder, y cada día que voy al Sentinel me toca comer solita con mi diario en el comedor, que siempre está bastante vacío. Se lo comenté a Gwen y me dijo "I know... it looks pathetic, right?" (Lo sé. Es patético, no?). Y yo: "Well... "pathetic" is not the word that I was going to use... but now that you mention it... yes!" (Bueno, "patético" no es la palabra que iba a usar... pero ahora que lo comentas, sí) .

domingo, octubre 15, 2006

Embedded in America

Ya llevo casi dos meses aquí, así que ya es hora de que comience a hacer de reportera "incrustada" en los States y comente algunas diferencias entre los americanos y los españolitos que he notado por aquí. Por supuesto, se trata de los topicazos más evidentes, al fin y al cabo no llevo aquí suficiente tiempo para ser una experta en nada (y menos aún cuando me tengo que pasar el día en casa estudiando y me queda poco tiempo para socializar).

1. A los americanos les gusta su espacio personal

Me lo dijo un tipo que iba sentado a mi lado en el avión que me llevó de Chicago a San José: "We Americans love our personal space". Más razón que un santo llevaba el hombre. No sólo les encanta tener coches y casas enormísimas, sino que defienden con uñas y dientes su espacio personal, esa burbuja imaginaria que les protege del mundo. Vas por los pasillos del Safeway con tu carrito y ves aproximarse a un americano/a con el suyo. Pues ya a diez metros te está diciendo "excuse meeeeee" por estarse aproximando/ invadiendo tu espacio. No vaya a ser que te roce un codo.
Y no sólo pasa con los desconocidos. Un día iba yo de copiloto en el coche de una compañera de clase, y tenía su bolso entre mis pies. La chica se pone a buscar una botella de agua que llevaba en el bolso y me suelta "perdón por tener que poner mi brazo cerca de tu pierna para alcanzar la botella". Yo, a cuadros.
Mi compañero de piso también se excusa cada vez que nos topamos por la cocina mientras estamos cocinando. Joder, esta gente sufriría muchísimo por las calles de Barcelona, donde el topetazo es de lo más habitual.
La máxima del espacio personal también se aplica a las presentaciones, por supuesto. Cuando te presentan a un estadounidense, le tienes que dar la mano, no dos besos. Parece sencillo, pero a veces te olvidas y queda súper incómodo, casi en plan sexual harassment. Cuando sois más amigos, ya les puedes dar un abracito al saludar y al despedirte. Pero dentro de sus límites: está bien que contacte la parte superior del cuerpo (de hombros para arriba), pero nada de contacto corporal total. Además, el abrazo se da con sólo un brazo (todavía no he determinado si es el izquierdo o el derecho).
Cuando le comenté el tema a Claas, me dijo que su amigo Kürsad, que había vivido muchos años en Nueva York, tenía la teoría de que los americanos hacían todo esto para evitar conflictos. Como aquí nunca sabes quién puede ir armado y quién no (mmmm, prefiero no pensar en esto), eres amable en exceso para evitar que nadie se enfade.
Claro que Kürsad vivía en Nueva York, y no en mi pueblito de 50,000 habitantes.


2. A los americanos les encanta iniciar conversaciones casuales


Además de saludarte con una sonrisa cada vez que estableces contacto visual (algo que me pone de buen humor), los americanos aprovechan cualquier ocasión (el autobús, estar esperando en una cola…) para hablar contigo de todo y nada. A mí me fascinan especialmente los cajeros del súper, que siempre me sueltan el “how are you doing today?”. Los del Safeway lo hacen con desgana, por obligación, pero lo del Trader Joe’s le imprimen más entusiasmo y una sonrisa de oreja a oreja. Será que están mejor pagados o que, como dice mi compañero de piso Jake, Trader Joe’s intenta vender la imagen de “somos tus amigos”. Pero a veces es excesivo: un cajero me preguntó si ya tenía planes para el fin de semana. En Barcelona hubiera pensado que quería ligar conmigo, pero aquí ya no sé qué creer.
De todas maneras, ésta es una de las características que más me gustan de los estadounidenses.


3. A los americanos no les gustan las palabrotas

Sí, soy mucho más mal hablada que el americano promedio. Ellos dicen "shoot" en vez de "shit" y "bloody" en vez de "fucking". Yo no utilizo sucedáneos.


4. Los americanos intentan abreviarte el nombre siempre que pueden

Situación típica:

Americano: What's your name?
Yo: María José.
A: What?
Y: Ma-rí-a-Jo-sé
A: I see. Can I call you María?
Y: No, my name is María José.
A: Mmm, too long. What about MJ? (pronúnciese "Em Jei")
Y: No. You can call me Eme Jota if you want, but not "Em Jei".

Llamadme borde si quereis. Pero a mí no me rebautizan.


5. Los americanos parecen llevar mejor la soledad


Será porque están más que acostumbrados a mudarse de un lugar a otro. Una compañera mía de clase me dijo: “cuando llego a un lugar nuevo, ya sé de antemano que me voy a sentir depre por estar solita y no conocer a nadie. Así que simplemente bloqueo estos sentimientos”.
También se quejan mucho cuando tienen a la familia de visita. Parece que creen que es un ataque a la independencia que obtuvieron a muy temprana edad (la mayoría a los 18). De momento, más de cuatro me han dicho “no, si me gusta que mi padre/madre/hermano esté por aquí, pero al final del día ya tengo ganas de que se larguen”.
A mí esto me parece muy exagerado. Con lo contenta que estaría si vinieran de visita os míos…


(Si este último comentario os ha dado la impresión de que estoy algo melancólica, no es sin fundamento. Ya empiezo a sentirme bastante homesick…)

domingo, octubre 08, 2006

Californians love their bumper stickers (2)

Tenemos un ganador. Y con muchísima ventaja, además. Esta mañana estaba volviendo a casa después de meterme un buen brunch entre pecho y espalda cuando he visto este coche y casi me he caído de la bici de la impresión. Así que he aparcado la bicicleta (sí, yo pedaleando; qué chiste. Pero de alguna manera he de evitar ponerme como una americana del MidWest, digo, como una foca). Qué artista el dueño de este coche. Es que no ha dejado ni un centímetro de la carrocería al descubierto. Todavía me pregunto por qué los californianos tienen esta necesidad de exhibir sus convicciones. Se aceptan vuestras teorías al respecto.

viernes, octubre 06, 2006

First rain (2)

Parece ser que esto del "First rain" en mi universidad ha triunfado (hago esta afirmación basándome en la reacción de mi familia, que han flipado cuando lo han visto). Así que os voy a pasar este link, para todos aquellos que querais ver unas cuantas imágenes más (no son mías) de esta gran tradición slug.

Aprovecho también para presentaros a mi gata, adoptada este pasado martes. La quiero llamar Lola, si mi compañero de piso me permite.

miércoles, octubre 04, 2006

First rain

De la entrada "University of California, Santa Cruz", en Wikipedia:

"In a tradition known as First Rain, the first time it rains in the academic school year, usually sometime in October, students run naked through the campus, starting at Porter College, stopping in each college and gathering more runners, before returning to Porter for a drum circle".



Efectivamente, hoy ha llovido por primera vez desde que empezaron las clases. ¡Viva la lluvia! ¡Vivan los slugs!