Cuando le comenté el tema a Claas, me dijo que su amigo Kürsad, que había vivido muchos años en Nueva York, tenía la teoría de que los americanos hacían todo esto para evitar conflictos. Como aquí nunca sabes quién puede ir armado y quién no (mmmm, prefiero no pensar en esto), eres amable en exceso para evitar que nadie se enfade.
Claro que Kürsad vivía en Nueva York, y no en mi pueblito de 50,000 habitantes.
2. A los americanos les encanta iniciar conversaciones casuales
Además de saludarte con una sonrisa cada vez que estableces contacto visual (algo que me pone de buen humor), los americanos aprovechan cualquier ocasión (el autobús, estar esperando en una cola…) para hablar contigo de todo y nada. A mí me fascinan especialmente los cajeros del súper, que siempre me sueltan el “how are you doing today?”. Los del Safeway lo hacen con desgana, por obligación, pero lo del Trader Joe’s le imprimen más entusiasmo y una sonrisa de oreja a oreja. Será que están mejor pagados o que, como dice mi compañero de piso Jake, Trader Joe’s intenta vender la imagen de “somos tus amigos”. Pero a veces es excesivo: un cajero me preguntó si ya tenía planes para el fin de semana. En Barcelona hubiera pensado que quería ligar conmigo, pero aquí ya no sé qué creer.
De todas maneras, ésta es una de las características que más me gustan de los estadounidenses.
3. A los americanos no les gustan las palabrotas
Sí, soy mucho más mal hablada que el americano promedio. Ellos dicen "shoot" en vez de "shit" y "bloody" en vez de "fucking". Yo no utilizo sucedáneos.
4. Los americanos intentan abreviarte el nombre siempre que pueden
Situación típica:
Americano: What's your name?
Yo: María José.
A: What?
Y: Ma-rí-a-Jo-sé
A: I see. Can I call you María?
Y: No, my name is María José.
A: Mmm, too long. What about MJ? (pronúnciese "Em Jei")
Y: No. You can call me Eme Jota if you want, but not "Em Jei".
Llamadme borde si quereis. Pero a mí no me rebautizan.
5. Los americanos parecen llevar mejor la soledad
Será porque están más que acostumbrados a mudarse de un lugar a otro. Una compañera mía de clase me dijo: “cuando llego a un lugar nuevo, ya sé de antemano que me voy a sentir depre por estar solita y no conocer a nadie. Así que simplemente bloqueo estos sentimientos”.
También se quejan mucho cuando tienen a la familia de visita. Parece que creen que es un ataque a la independencia que obtuvieron a muy temprana edad (la mayoría a los 18). De momento, más de cuatro me han dicho “no, si me gusta que mi padre/madre/hermano esté por aquí, pero al final del día ya tengo ganas de que se larguen”.
A mí esto me parece muy exagerado. Con lo contenta que estaría si vinieran de visita os míos…
(Si este último comentario os ha dado la impresión de que estoy algo melancólica, no es sin fundamento. Ya empiezo a sentirme bastante homesick…)
5 comentarios:
juas juas a la del punto 2 yo añado: en las tiendas hay "saludadores" profesionales, y no es guasa: es su trabajo. Ellos se agazapan detrás de la puerta de cualquier Alberston o parecido, y cuando tu pasas por ahí: zas! te sueltan a grito pelao: "buenos dias espero que tengas un gran dia!!!!!!!!!!! todo bien???"...me entran ganas de explicarles mis problemas...en fin...:)
Si les encanta comenzar conversaciones casuales... significa que lo de Forest Gump no era exagerado, ¿no?
Saludos :) (:
Lo de no tocarse es herencia del puritanismo y otras excrecencias religiosas que huyeron a los EEUU.
Maria José, sí senyora! Tens gràcia escribint cabrona (yo tampoco utilizo sucedaneos). M'ha agradat aquest post. Una pregunta, als teus súpers hi ha l'encarregat de posar els productes a la bossa. Aquesta figura em fascina. Un petonet guapaaaaaaaaaaa
Sí nene, sempre hi ha algú que et posa la compra a les bosses. I fins i tot s'ofereixen a ajudar-te a carregar-ho al cotxe... és un luxeeeeee... els hi donaria un petonet, si no fos pel punt num. 1 del meu post.
Molts carinyitus.
Publicar un comentario