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Tampoco entiendo la obsesión de los estadounidenses por que todo lo que hagan en la vida tenga un sentido, una utilidad para su carrera profesional. Para muestra un botón: el primer día del programa, nos hicieron presentarnos. Una de mis compañeras de clase, Clara, se había pasado seis meses en China, dando clases de inglés y viajando. A mí ya me pareció suficiente motivo para pasarte medio año en un país, pero el profesor quería saber si durante ese tiempo había investigado algo de ciencia. ¡Y ella tenía respuesta preparada para esta pregunta! Contestó algo así como que estuvo indagando sobre la percepción que tenían los chinos de la ciencia. Menos mal que a mí no me preguntaron sobre mi viaje por la India, hubiera quedado mal confesar que me pasé seis semanas allá "just for fun".
Otro hecho que me hace maravillarme de la profesionalidad de mis compañeros de clase son sus blogs. Ewen y Sarah tienen dos blogs que yo sospecho que escriben con vista a ponerlos en sus currículums el día de mañana. Que quede entre nosotros: a veces mis compañeros de clase me dan un poco de respeto. Pero entonces descubro que no son más que humanos: hoy me encontré a una de mis classmates llorando dentro de su coche en un párquing, y me di cuenta de que está tan asustada como yo.
Además de las clases y del trabajo que me traje del Observatorio Fabra, que me está matando lentamente, estoy haciendo de becaria en el Santa Cruz Sentinel. De momento estoy de relleno: me han puesto a redactar esquelas, una crítica de un libro de poesía, la agenda de la sección Home & Garden... Un día estaba trabajando un día en una historia bastante tontaina sobre coleccionistas de guijarros de cristal, de estos que se encuentran en las playas, y cuando entrevistaba a un recolector y vendedor de guijarros (sí, hay gente que se gana la vida así) va y me suelta: "y bueno, aparte de esto, recientemente he descubierto que me puedo comunicar con los espíritus de los muertos". Ajá. Se lo comenté a mi editor y me contestó: "Welcome to Santa Cruz!". Sí, la gente de aquí son curiosos.